La decoración es fundamental para que la casa que hemos adquirido se convierta en más que un edificio bonito y que pasemos a sentirla como nuestro hogar. La decoración debe seguir las tendencias más actuales, pero más importante aún es que contenga detalles de tu propia personalidad, que es lo que marcará la diferencia. No basta una casa a la moda y bonita, sino que tiene que respirar por los cuatro costados la esencia de la personalidad de sus habitantes.
En el momento de decorar el interior de nuestra casa ¿realmente merece la pena contratar un decorador de interiores? La respuesta es muy clara, sí, siempre que el propietario se lo pueda permitir. La parte más positiva de contratar un decorador de interiores es que en todo momento sabrá cuáles son las tendencias más actuales y sabrá también cómo combinar los elementos decorativos para darle a la casa el aire que desea el propietario. Sea un estilo rústico, moderno, lujoso, desenfadado... el decorador sabrá acertar.
Sin embargo, por muy profesional que sea el decorador lo más importante es que la casa refleje el ambiente que quiere el propietario. Por eso, aunque un decorador es aconsejable en todo momento, el propietario debe estar siempre pendiente de su trabajo y guiarle para que pueda conseguir el mejor resultado. El propietario debe definir claramente el estilo, pero también debe dejarle claro al profesional cuál es el ambiente y las sensaciones que busca en su casa para que, además del mejor resultado profesional pueda llegar a conseguir el resultado más emotivo para su cliente.
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