Siempre
llega un momento en nuestro hogar en el que debemos echar manos a la obra y
renovar la pintura de nuestras paredes. Es en esta instancia en dónde comienza
el debate del color o los colores a
elegir.
Si
bien, en muchas ocasiones estas decisiones no se consultan, es importante que
todas las personas del hogar estén conformes con los colores que se elijan dado
a que todos pasarán largas horas en el lugar.
Hay que
tener en cuenta que existen colores, sobre todo los más oscuros y brillantes,
que resultan más estresantes y que pueden ocasionar un cansancio visual más
pronto que los colores más suaves o pasteles.
Luego
debemos considerar la tonalidad dominante de nuestros muebles para que combinen
con los colores que elijamos para pintar los muros.
Nuestras
paredes no tienen porqué ser de un mismo color, podemos pintar una pared
principal con un color y las demás de otro. También podemos elegir la opción de
pintar las paredes de un tono y elegir otro para el techo. En este caso es
recomendable que el tono del techo sea más claro que el de las paredes para
brindar una sensación de mayor altura.
Por
último, un consejo muy útil. Los colores dan vida a nuestra casa pero es mejor
no abusar de ellos. Lo ideal es respetar la regla de los tres colores, es decir
combinar tres tonos. Si nuestros sofás y demás muebles son negros, podemos
elegir dos tonos de pintura que combinen
entre sí y con el mobiliario. Una vez terminado este trabajo podemos remarcar
los colores de las paredes, colocando algunos detalles en la decoración del
mismo color como almohadones o adornos.
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