Aunque el hall es tan solo un lugar de tránsito, no por ello
hay que descuidarlo a la hora de decorarlo. Es lo primero que visualizan las
visitas cuando entran y por lo tanto su primera impresión de nuestro hogar.
No todas las entradas son iguales, por tanto hay tantas
soluciones como halls existen. Por lo general son espacios poco iluminados, por
lo que una buena idea sería pintarlo con tonos pastel. Si estamos ante un hall
pequeño, una buena idea sería colocar un espejo en él, a ser posible en la
pared donde más luz pueda reflejarse para que ayude a distribuir mejor la luz.
Si nuestro recibidor es grande, podemos dejar de lado la
idea del espejo y decorar las paredes con diferentes cuadros de mismo marco y
estilo. Evitará esa sensación de vacía que producen las entradas anchas.
Por último, si aun contamos con espacio, sería interesante
ubicar un paragüero cerca de la puerta. Mejor aun será si encontramos un
paragüero y un perchero a juego que sea de nuestro gusto.